La elaboración del protocolo ha contado con la participación de entidades y profesionales de diferentes ámbitos, planteando un abordaje para la erradicación del matrimonio forzado dividido en 4 fases:
Prevención: Sensibilización a la población proveniente de las zonas con alta incidencia de matrimonios concertados y forzados para que no perpetúen esta práctica.
Detección: Profesionales de diferentes ámbitos tendrán las herramientas para detectar casos, a partir de las señales de alerta, y derivarlos según los circuitos establecidos.
Atención: La intervención variará en función de si se trata de menores o de mayores de edad y del nivel de riesgo.
Recuperación: Esto puede suponer desde la activación un recurso de acogida de urgencia, la petición de aplicación de medidas cautelares, el acompañamiento psicológico y terapia adecuadas, gestiones burocráticas como cambio de residencia o cambio de escuela / universidad, la activación de recursos económicos y laborales o la activación de recursos de vivienda para la víctima y sus hijos e hijas etc.